lunes, 29 de octubre de 2012

Crónica del curso de Javier de María (6º dan) (13/10/2012)



El sábado 13 de octubre estuvo, en su habitual curso en Alcoy, Javier de María, ya como 6º dan del Aikikai.

El curso se podría dividir en tres partes diferentes:

La primera parte la basó en los ejercicios de aikitaiso, tanto en la forma de realizarlos como en su significado, así como en la importancia de los mismos a la hora de realizar las técnicas. La relajación de la parte superior del cuerpo, las caderas bajas como intentando buscar el suelo y el movimiento del cuerpo siguiéndolas en cada momento, y todo eso, acompañado por la respiración. En definitiva, una correcta alineación corporal, centrado, respiración, extensión y rotación individuales.

Una segunda parte, centrada fundamentalmente en el ejercicio-técnico de kokyu-ho. Basado en una idea, en la que ya llevamos tiempo trabajando, denominada “control primario”, que tiene que ver con la correcta relación entre la cabeza y las vértebras cervicales, de forma que la columna debe estar erguida de forma natural y el cuello libre de presión, no fijo. Para conseguir este último punto, los omóplatos han de estar relajados y conseguir que funcionen como un péndulo, sin tensiones que los bloqueen. Esto es fundamental para conseguir la relajación y libertad de movimientos que son imprescindibles en Aikido.

Una vez hecha la aclaración, nos propuso, ya en suwari-waza y con el agarre de ryote-dori, que sin un propósito de lucha y con los brazos extendidos, proyectáramos desde nuestro centro toda la fuerza, a la vez que con un sutil cambio de dirección consiguiéramos que las dos fuerzas confluyesen, uniéndonos de esa forma al ataque en una perfecta armonía en la que el tiempo y el espacio de ambos se fusionasen hasta el final de la técnica, al igual que la mirada y la percepción se unen en una sola secuencia, consiguiendo un todo armonioso, o lo que se puede considerar lo mismo, un único movimiento.

Con esta idea como fundamento del curso, siguió hasta el final del mismo, haciendo hincapié cuando veía que perdíamos nuestro eje, en que reorganizásemos nuestra posición y que nos reagrupásemos en nuestro centro, para que al final, con esta reagrupación, consigamos que no sean nuestras manos las que cojan, nuestros hombros los que empujen, ni nuestros codos los que se estiren, sino que sea el cuerpo en su conjunto quien lo haga, y siga al centro en sus evoluciones.

La tercera y última parte sería lo que en rugby llamábamos el tercer tiempo. Una buena costumbre, que en éste dojo procuramos no se pierda, la comida y su posterior tertulia. En este tercer tiempo, el buen humor y el compañerismo son bien visibles, así como el conocerse aikidokas de todos los rincones de España y no pocas veces del extranjero. Desde nuestro punto de vista, forma una parte tan importante del curso como la puramente técnica.

Ya para acabar, agradecer a Javier de María su pedagogía a la hora de la realización de sus cursos, su proximidad para con todos, ese toque de humor que refresca el ambiente y lo hace más saludable, y todo eso sin un ápice de perdida de marcialidad y eficacia.


Julio Maestre

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